Venidos desde distintos centros de secundaria de la zona: Simancas, Suanzes, Carlos III, Las Musas, Gómez-Moreno y alguna escuela infantil nos hemos concentrado en el parque de San Blas. Allí hemos soportado estoicamente una cruda tarde de invierno entre chocolates, magdalenas y tortillas. Hemos escuchado a la representante de escuelas infantiles, a un universitario en una interesante intervención sobre la reforma de la universidad, un representante de redverde y hemos leído un manifiesto de la mareaverde. Lástima que no hayamos podido disfrutar de todo con tranquilidad y con gusto porque el intenso frío nos ha hecho abreviar las intervenciones y encuentros. GRACIAS A TODOS POR COMPARTIR ESTA TARDE.
Algunos de vosotros nos habéis pedido que colguemos el manifiesto que hemos leído esta tarde. AHÍ VA.
(En breve pondremos fotos)
Llevamos más de cinco meses
hablando de recortes y de cómo estos nos han ido afectando a la enseñanza en
general y a cada uno de los cuerpos en particular. Hoy nosotros queremos dejar
por un momento todos esos datos, conocidos ya de todos los que aquí estamos y
de todos los que nos han querido oír en estos meses, y queremos hablar de algo
mucho más positivo, queremos hablar de nuestra marea
verde.
Hace
siete meses nadie había oído hablar de la marea verde. Si buscamos en el DRAE
nos encontramos sólo la definición de marea con sus distintas acepciones. Se la define como movimiento periódico y alternativo de
ascenso y descenso de las aguas del mar, o también como multitud, masa de gente que invade un lugar.
También nos habla de marea roja, marea negra o marea viva…pero no de marea
verde. Hoy, la marea verde es ya una entrada de la Wikipedia, y hasta algunos
de nosotros la explicamos en clase ya como un neologismo. Y efectivamente la
marea verde es un movimiento constante, multitudinario, masivo…que va buscando
cauces, que va rompiendo diques, que se ha ido formando de pequeñas gotas.
Las escuelas de infantil empezaron a
dejar de funcionar como a todos les gustaba… y fue una gota que llenaba el
vaso; los colegios de primaria empezaron a ver recortado el número de sus
profesores, a ver aumentado el número de sus niños… y fue otra gota que aumenta
el volumen; los equipos de orientación, las escuelas de idiomas… y las gotas
iban formando un cauce de indignación y repulsa. Y cuando menos lo esperábamos
unas instrucciones tomadas sin calibrar siquiera las consecuencias dejaron a
miles de compañeros en la calle, a montones de niños con grandes necesidades
sin atención especializada, a montones de alumnos sin refuerzo donde más lo
necesitaban… y aquello resonó en la canícula del verano y fue capaz de
congregar a todos los profesores que dejaron por un momento sus vacaciones para
preocuparse por su futuro y el futuro de sus alumnos, para expandirse como una
marea, la
marea verde.
A la marea verde se le han ido
poniendo diques, barreras en forma de sanciones a profesores y directores,
traslados injustificados de compañeros. Todo porque iba empezando a ser
visible, a querer hacerse ver. A pesar de eso, la marea verde ha ido cobrando
fuerza, hasta hacerse poderosa, casi temible para la administración. Empezó a
inundar calles, actos oficiales, a aparecer en todos los medios, a ser fuerte;
pero, sobre todo, a ser molesta para algunos.
Y durante estos meses en los que
hemos perdido muchas cosas y recuperado algunas casi arañando como la marea ala
tierra, algunas otras; hemos conseguido lo que seguramente nos llena de mayor
orgullo. Hemos conseguido volver a ser una COMUNIDAD EDUCATIVA, una comunidad
de padres, alumnos y profesores, luchando por el futuro de todos, luchando por
una enseñanza pública de calidad y sin paliativos. Pública, porque es ahí donde
está el futuro de todos; de calidad, sin concesiones a otras enseñanzas en
detrimento de la nuestra. Estamos orgullosos de ser mareaverde, así, todo junto, y con la fuerza que nos da la unión,
con la fuerza que nos da luchar por lo que creemos justo.
Los malos tiempos no han acabado,
compañeros, pero hemos de seguir siendo marea, marea que arrastre, que sea fuerte
porque es la unión de miles de gotas. Se avecinan tiempos difíciles, pero no
dejaremos que los diques nos detengan. El agua siempre encuentra un resquicio
por donde fluir y nuestra marea tiene la mejor de las bases: el futuro. Y la enseñanza es nuestra mejor
esperanza de futuro. Una enseñanza pública y de calidad.
También os lo ponemos en un documento de scribd para facilitar su copia y difusión
Manifiesto de SAN BLAS
Estupendo manifiesto, compañeras!!!!
ResponderEliminarY enhorabuena a todos los que habéis participado, desafiando al frío. A ver si para la próxima que montemos puede hacer un poco mejor y hacemos un picnic en toda regla, ¿eh?