En esta marea verde en la que cabemos todos, y ahora que ya
he salido del armario (digo, de la sacristía) y me he definido claramente en este espacio
como cristiana comprometida y defensora de la Pública, algo que a algunos les
chirría y que no es más que la consecuencia del seguimiento del evangelio,
descubro que hay más gente como yo. Y descubrir que hay más gente es una
bocanada de aire fresco que me confirma en mis opciones y en mis creencias.
Así que en este despliegue de convocatorias verdes descubrí
un “Encuentro de oración” en una parroquia de Moratalaz y allí me planté. Para
los que no frecuentáis la iglesia más que en eventos sociales, os diré que eso
no tiene por qué ser el rezo de un rosario, ni un desgranar de oraciones
sabidas, ni siquiera una misa, como anunciaron con cierta sorna en la SER; sino
que en algunas parroquias, no muchas la verdad, una oración es un encuentro de
gente que comparte su fe, que se expresa libremente mediante dinámicas, cantos
o “bailes regionales” si es necesario. Eso sí, aún solemos terminar rezando el
padrenuestro cogidos de las manos…. porque somos así de frikis, porque nos
gusta y porque de alguna manera es nuestra seña de identidad.
En la Parroquia de Ntra. Sra. del Buen Aire (¡qué buen aire
de esperanza –con minúscula- se respiraba!) nos juntamos como unas 60 personas
con camisetas verdes, sentadas en círculo y dispuestas a compartir su fe; su fe
en Dios y, sobre todo, su fe en la enseñanza pública y lo que ello conlleva.
En medio de una dinámica de “signos” y de compartir
(escribir en una “ola” o en un “barquito”…. que nosotros somos mucho de hacer
manualidades) la gente fue expresando aquello que le surgía. Había muchos
profesores, alguno incluso de la concertada, todos fuimos sacando lo que nos
venía a la cabeza y al corazón. No os contaré todo lo que salió por no daros
más la murga. Me quedo con el testimonio del padre de un alumno nuestro del
Gómez y también profesor que está compartiendo con nosotros todas nuestras
movilizaciones: “En medio del desánimo de estos días, he recobrado la ilusión y
el agradecimiento. Agradecimiento al instituto público donde estudié y en el
que ahora estudia mi hijo. He podido reencontrarme con mis antiguos profesores y
agradecerles todo aquello que yo recibí"
Me gustó mucho también la intervención contundente y
comprometida de un sacerdote de la parroquia: “No olvidemos que uno de los
pilares fundamentales de la Iglesia es el compromiso social, y tenemos que ser
valientes para asumirlo”.
Por último repartieron un manifiesto en el que denunciamos, anunciamos y nos comprometemos, y que no tiene
desperdicio. No os lo pongo íntegro para no aburriros, a pesar de que podría ser
suscrito por muchos de vosotros. Pero no me resisto a transcribiros el final:
NOS COMPROMETEMOS
- A trabajar cada día por y para una Educación Pública de la mejor calidad y laica.
- A reivindicar, como cristianos, la necesidad imprescindible de la Educación Pública como compensadora de las desigualdades sociales, económicas y culturales propias de la sociedad en la que hoy por hoy vivimos.
- A reclamar nuestro papel en la educación como parte de una iglesia que, más allá de la imagen institucional, está constituida por aquellos que creemos en Jesús de Nazaret y apostamos cada día por su mensaje, claramente del lado de los que menos tienen, que da voz a los que menos voz se les concede y, en definitiva, que apuesta preferentemente por los más olvidados de la sociedad, en su gran mayoría familias y alumnos de la Educación Pública.
¡Qué feliz me vine ayer a mi casa!
Gracias, compañeros de la Parroquia de Moratalaz. Es seguro
que nos volveremos a ver.
AMÉN
Un compromiso precioso y necesario, Pilar. Nos vemos en el Retiro.
ResponderEliminarLo siento, Ana. Me voy al pueblo. Mañana es el aniversario de la muerte de mi padre. Besos
ResponderEliminarMuchas gracias. También estuve ahí y, efectivamente, fué un mar de esperanza y solidaridad.
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