El viernes 20 de abril el IES Gómez-Moreno acogió la celebración
del Día Mundial del Voluntariado promovido, entre otras instituciones, por la
Embajada de EEUU, el Ayuntamiento de Madrid o la Fundación del Real Madrid,
además de bancos y otras asociaciones con ánimo y sin ánimo de lucro. En
principio, la jornada se iba a desarrollar el día 29 de marzo, pero se trasladó
de fecha por coincidir con el día de huelga general. Bajo el lema "Cuerpos
sanos, vecindarios sanos", se había anunciado la presencia del cocinero
José Andrés para hacer un desayuno saludable, la del jugador de baloncesto
Jaisy Carroll, futbolistas del Real Madrid; al final, aduciendo como razón el
cambio de fecha y los consiguientes problemas de agenda de gente de tanto
renombre, no vimos por el instituto a ningún personaje mediático. Inevitables
los chistes berlanguianos ante un Mister Marshall que volvía a pasar a toda
velocidad dejando solo un poco de leche en polvo.
La jornada comenzaba con una presentación que -se nos había
asegurado- no duraría más de 10 minutos para seis intervinientes (difícil la
división); el único que cumplió su palabra fue el director del instituto. Todos
los demás sobrepasaron muy ampliamente el tiempo que les correspondía, y es
que, la presencia de un micrófono y unas cámaras desata la lengua
irremediablemente. Cada uno representó su papel en el teatrillo: el concejal
alabó el barrio -tantas veces ignorado cuando pide lo que necesita- y el
embajador Solomont y señora (así se autopresentó "en mi papel de esposa
del embajador") probaron en sus carnes la dificultad de hablar otra lengua
-esfuerzo al que los angloparlantes se ven menos obligados-. Tras más de 40
minutos de pie, de atención dedicada a los invitados por parte de todos los
miembros del Gómez-Moreno (madres, alumnos y profesores y personal no docente)
comienza la intervención del director de la Fundación del Real Madrid quien, en
vez de hablar del espíritu deportivo -eso le correspondía con ese nombre-,
primero aprovecha el micrófono para hacer publicidad del banco patrocinador y
de sus generosísimas colaboraciones -que sepamos el instituto no ha recibido
ninguna retribución por la cesión no pactada del espacio publicitario- y
después restriega ante nuestros alumnos y demás participantes "la cantidad
de dinero que los voluntarios del banco están dejando de ganar por venir a
hacer el voluntariado con vosotros", vamos, un mensaje cargado de
pedagogía y de espíritu altruista y desinteresado. Estos comentarios provocaron
cierto revuelo entre los asistentes -eso pasa por estar escuchando a quien
habla- lo cual colmó de vergüenza al ínclito ponente, que en un alarde de
servilismo -creíamos que era cosa del pasado ¿verdad?- se disculpó diciendo que
"los españoles aún no han aprendido a escuchar". Sin comentarios.
Como bien le dijo una profesora del Gómez, es como si invitas a alguien a tu
casa y se pone a reñir a tus niños y encima intenta venderte algo. En una
palabra: IM-PRE-SEN-TA-BLE.
Digno de ser señalado es, que entre todos los agradecimientos y
elogios que se intercambiaron los que se repartieron el micrófono, no hubo
apenas mención para el trabajo de los profesores y ningún reconocimiento para
el trabajo de los conserjes. Probablemente eso no responde a la definición de
voluntariado porque no hay patrocinio detrás, aunque sí mucha voluntad y buena
predisposición.
También nos visitaron representantes de la Consejería de
Educación -tan esperados siempre para atender nuestras cuitas- a los que
invitamos también a visitarnos una jornada normal de clase para compartir el
día a día de un instituto de San Blas y así entender nuestras preocupaciones y
necesidades.
En cuanto a las actividades desarrolladas en el centro, fueron
fundamentalmente deportivas y de talleres de inglés, dentro de lo que nuestros
alumnos están acostumbrados a hacer.
En conclusión, cualquier actividad novedosa supone un aprendizaje
para nuestros alumnos: convivir con otros, aprender de los demás, echar una
mano, divertirse con lo nuevo, desarrollar el espíritu crítico, distinguir las
gentes auténticas de los impostores ... y en ese sentido, la experiencia que
vivimos en el instituto ha merecido la pena. A Berlanga le hubiera
encantado estar allí.
En los siguientes enlaces podéis encontrar artículos sobre el día
y reconoceros en alguna foto; si encontráis alguna alusión a los profes y
trabajadores del Gómez no dejéis de comentarlo.
Un análisis realmente estupendo, felicidades.
ResponderEliminarPues sí. Buen artículo, Anapik!!!
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